24 de mayo, antes de las doce.
Florence Welch es una droga. La conocí por el cover que
hizo Glee de su canción Dog days are over, y después de escuchar la potencia de
esa canción, tuve que buscar la fuente. No me arrepiento. Su energía no la
tiene ninguna artista contemporánea. Basta con escuchar Spectrum, o Shake it
off para llenarse de un potente empoderamiento personal y sentir que puedes
mover la tierra con tu voz.
Cosmic
Love no es la excepción. Guarda esa estructura in crescendo de todos los temas de la banda. Comienza con la voz
delicada de Florence, y luego el cambio a un tono cargadísimo: the stars, the moon, they have all been
blown out. Y el humo del cigarro se siente más espeso. El viento se siente
más frío. El amor ciego que te narra en la canción se siente propio.
No es
como que me identifique con la canción (quizá en otro momento de mi vida sí),
pero ello no impide que me signifique una tremenda compañía. Al final no fumé
solo. Fumé con un cigarro, y con la Florence.

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