24 de mayo, inmediatamente después
del cigarro anterior.
Entonces necesité prender otro cigarro, porque el estrés
provocado por la culpa de no haber avanzado nada académicamente en tres días, y
además darme el lujo de ver una película cómodamente con mi pololo, me provocó una
crisis de angustia. No tengo idea por qué comenzaron. Era una persona súper
calmada. Pero la tesis es una carga que pesa mucho más de lo que cualquiera
puede admitir. Es como un elemento definitorio de tu vida. Rendirla bien
representa, por lo tanto, un aspecto fundamental para sentirte bien contigo
mismo.
Paradójicamente,
frente al ahogo, opto por fumar. Respirar humo, sacar el oxígeno. Buscar que
las cenizas se lleven la intranquilidad de saber que no estoy rindiendo y que
incluso ese gusto innecesario, el placer culpable de fumarse un cigarro, es
tiempo malgastado.
El
tiempo nunca había sido tan dorado como cuando tuve que preparar la tesis.

No hay comentarios:
Publicar un comentario