Fuego

Lo que usted está a punto de leer no tendrá el mismo sentido que lo tiene para mí. Hablo de que la subjetividad impregnada en estas colillas de cigarros es profunda. Porque yo soy el que recuerda cómo se fueron las cenizas, y porque yo soy el que decide además, cómo narrarlo.
Es lo mismo que fumar: no espero que lo entienda, pero ojalá que lo disfrute.

domingo, 24 de mayo de 2015

Cosmic Love



24 de mayo, antes de las doce.
Florence Welch es una droga. La conocí por el cover que hizo Glee de su canción Dog days are over, y después de escuchar la potencia de esa canción, tuve que buscar la fuente. No me arrepiento. Su energía no la tiene ninguna artista contemporánea. Basta con escuchar Spectrum, o Shake it off para llenarse de un potente empoderamiento personal y sentir que puedes mover la tierra con tu voz.
            Cosmic Love no es la excepción. Guarda esa estructura in crescendo de todos los temas de la banda. Comienza con la voz delicada de Florence, y luego el cambio a un tono cargadísimo: the stars, the moon, they have all been blown out. Y el humo del cigarro se siente más espeso. El viento se siente más frío. El amor ciego que te narra en la canción se siente propio.
            No es como que me identifique con la canción (quizá en otro momento de mi vida sí), pero ello no impide que me signifique una tremenda compañía. Al final no fumé solo. Fumé con un cigarro, y con la Florence.

Estrés

24 de mayo, inmediatamente después del cigarro anterior.
Entonces necesité prender otro cigarro, porque el estrés provocado por la culpa de no haber avanzado nada académicamente en tres días, y además darme el lujo de ver una película cómodamente con mi pololo, me provocó una crisis de angustia. No tengo idea por qué comenzaron. Era una persona súper calmada. Pero la tesis es una carga que pesa mucho más de lo que cualquiera puede admitir. Es como un elemento definitorio de tu vida. Rendirla bien representa, por lo tanto, un aspecto fundamental para sentirte bien contigo mismo.
            Paradójicamente, frente al ahogo, opto por fumar. Respirar humo, sacar el oxígeno. Buscar que las cenizas se lleven la intranquilidad de saber que no estoy rindiendo y que incluso ese gusto innecesario, el placer culpable de fumarse un cigarro, es tiempo malgastado.
            El tiempo nunca había sido tan dorado como cuando tuve que preparar la tesis.

Irresponsable


24 de mayo, madrugada.
El remedio más efectivo para mis depresiones de fin de semana es que me vaya a ver Víctor. Es impresionante que pasar mucho tiempo distanciados realmente nos hace mal. Comunicarnos sólo por whatsapp torna nuestras conversaciones demasiado serias, demasiado densas. En persona todo es mucho más liviano. Ver sus reacciones faciales, notar que está hueveando, clarifica cualquier tipo de malentendido. El problema es que cada vez que nos vemos son fijo tres o cuatro horas de preocuparme sólo de él y de nuestra relación. Tres o cuatro horas que podría ocupar leyendo, o avanzando en trabajos para la U.
            Congeniar relación-universidad es complicadísimo en muchos sentidos. Sobre todo cuando se estudia Historia (Véase: Desmotivación), y es que todos los ratos de no-estudio (no necesariamente de ocio), uno los pasa con culpa. El cigarro lo prendí por notar que efectivamente tenía mucho por hacer, y había ocupado poquísimo tiempo en hacerlo. Me sentía irresponsable. [Sigue en la siguiente colilla].