27 de mayo, al almuerzo.
Como diría un gringo: that was a tough week bro’. Porque en
serio. Después de tener que madrugar pa’ preparar bien el coloquio, se viene la
prueba de Teorías de la Modernidad (alias El-ramo-de-los-sociólogos-cuadrados)
con la mayor cantidad de lecturas del semestre. Y claro, uno lee, uno estudia,
pero al final uno siempre siente que no sabe. Más cuando se trata de un ramo
donde te descuentan puntaje por haber escrito “no obstante” en vez de “sin
embargo”. En Historia no funcionamos así. Damos espacio a la interpretación, y
muchas veces nuestra subjetividad se vuelve nuestra mejor herramienta. El punto
de vista personal es lo que más enriquece una investigación. Pero no, para los
sociólogos, la rigidez científica lo es todo.
Por
lo mismo necesitábamos un cigarro (fue un cigarro social). Que nos sirviera
para tragarnos la angustia de que nos pueda ir mal.

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