25 de mayo, después de matemáticas.
No entraré a hablar de lo que significa heteronorma,
porque pa’ eso necesito como veinte entradas más (se podría hacer un blog
completo sobre micro-machismos, teoría queer, y el neo-feminismo). No lo haré
porque no viene al caso.
El
cigarro lo prendí porque tenía ganas de fumar, y lo compartí con la Trini, la
Gabriela y el Isaac (que también es gay, pero no lo admite). En un minuto
hablábamos de un niño guapo de otra carrera, y la Trini saltó con un comentario
como: “sí, pero tiene care’ mina”. Normalmente no me espanto por observaciones
como esa, pero el Isaac es completamente distinto. Saltó de inmediato con el
comentario: “qué heteronormado tu comentario”. Al rato seguían las quemadas, y
la Trini obliga al Isaac a ir a comprar comida: “porque tú eres el macho de la
relación”. Isaac estalló. Estuvo veinte minutos explicándole por qué, aunque
sea hombre, no tiene por qué llevar el alimento al hogar, y que ese tipo de
comentarios son los que culturalmente oprimen a la mujer, blah, blah, blah. Una
lata.

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