Fuego

Lo que usted está a punto de leer no tendrá el mismo sentido que lo tiene para mí. Hablo de que la subjetividad impregnada en estas colillas de cigarros es profunda. Porque yo soy el que recuerda cómo se fueron las cenizas, y porque yo soy el que decide además, cómo narrarlo.
Es lo mismo que fumar: no espero que lo entienda, pero ojalá que lo disfrute.

lunes, 25 de mayo de 2015

AIE y EO


25 de mayo, en la ventana antes de modernidad.
Con la Gabriela, del 100% de las cosas que conversamos diariamente, 85% por lo menos (aunque yo diría que es una cifra muchísimo más alta), es incoherente. Nuestra amistad ha florecido tanto porque somos capaces de reírnos de cosas sin ningún tipo de sentido. Desde la exageración de decir que tenemos profes que fueron amigos de Jesús y Napoleón, hasta el despistamiento de asumir que el otro guardó una cajetilla de cigarros que dejamos en el suelo (y que nos hizo perder 18 cigarros en un solo día), nuestra relación progresa en tanto encontramos la posibilidad de hacer reír al otro.
            Por lo mismo me encuentro en un particular problema con esta colilla. Y es que no tengo idea por qué comenzamos a quitarle las consonantes a las palabras, pero sé que ahí dice Daniel y Nelson (debía decir Daniela, pero olvidé rayar la última a). Sólo recuerdo a la Gabriela apuntarme con el dedo y decir: “eo”. Romper en carcajadas con ella es algo que realmente disfruto de la vida.

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