Fuego

Lo que usted está a punto de leer no tendrá el mismo sentido que lo tiene para mí. Hablo de que la subjetividad impregnada en estas colillas de cigarros es profunda. Porque yo soy el que recuerda cómo se fueron las cenizas, y porque yo soy el que decide además, cómo narrarlo.
Es lo mismo que fumar: no espero que lo entienda, pero ojalá que lo disfrute.

martes, 26 de mayo de 2015

Pre-Coloquio

26 de mayo, después de las doce.
Me gustaba admitir que estaba calmado. Veía a mis compañeros exponer sus proyectos de tesis en las sesiones anteriores del coloquio y pensaba: “esta weá es pan comido; los voy a dejar a todos con la boca abierta”. Pero claro, ya se sabe lo que pasa cuando uno escupe al cielo.
            Veinticinco de mayo, menos de 12 horas para presentar, preparando el tema. Y chucha, no sé nada. No me he aprendido bien esta palabra. Me tiritan las manos. Si tiemblo no podré leer lo que escribí. Pero ya es tarde pa’ aprenderse todo de memoria. Aunque no tanto. Pero no me gusta hablar de memoria. Mejor recordar lo que tengo que decir, apoyarse del power point. Pero el power no tiene que estar cargado con información, entonces conceptos claves. Pero igual a veces se me olvidan los conectores, y no puedo cagarla ahí, porque ya todos expusieron y les salió bien, y los últimos siempre tienen que ser los primeros. Y no, no puedo ahora, necesito un cigarro.

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